domingo, 21 de marzo de 2010

Cristianismo En Roma

En el siglo I d.C., la provincia romana de Judea fue el lugar de origen de una nueva religión, el Cristianismo, el cual constituye uno de los fundamentos de nuestra cultura occidental. El Cristianismo hunde sus raíces en el Judaísmo.

Los judíos adoraban a un dios único Yahvé y esperaban la llegada de un Mesías (salvador) que vendría a liberar a su pueblo. 




En tiempos de Augusto nació Jesús de Nazaret, quien a los 30 años inició su prédica anunciando que él era el Mesías, que era hijo de Dios y que traía un Evangelio (Buena Noticia), un mensaje de amor y de salvación para toda la humanidad, sin distinción de pueblos ni condición social. Las autoridades religiosas judías no lo reconocieron como tal, lo consideraron una amenaza y fue condenado a morir en la cruz.




Tras su muerte, sus más cercanos discípulos anunciaron que Jesús había resucitado y que, siguiendo sus enseñanzas de amor, los seres humanos también podrían alcanzar la vida eterna. En Jerusalén se reunió la primera comunidad de judíos que creían en el Mesías. Más tarde se formó otra comunidad en Antioquía, donde se incorporaron también gentiles. Allí surgió la denominación de cristianos para referirse a los creyentes en Jesús, el Cristo.

EL CRISTIANISMO SE SEPARA DEL JUDAÍSMO

El Cristianismo se separó del Judaísmo y se constituyó la Iglesia cristiana que se definió como católica, es decir, universal. Sus dos figuras principales fueron:

1.- Pedro, apóstol de Jesús que fue el primer líder de la Iglesia y predicó el Cristianismo en Roma.




2.- Pablo, quien viajó por las provincias orientales del imperio predicando entre los gentiles.




El libro sagrado del Cristianismo es la Biblia. Consta de:




1.- El Antiguo Testamento, que narra la historia del pueblo de Israel y su alianza con Jehová (Dios).





2.- Y del Nuevo Testamento, que establece la alianza de Dios con toda la humanidad y presenta las enseñanzas de Jesús y la vida de las primeras comunidades cristianas.




El Cristianismo se fue propagando por las ciudades del imperio, difusión que se vio favorecida por la facilidad de comunicaciones y la unidad lingüística del mundo romano. 

EL CRISTIANISMO LOS PRIMEROS TIEMPOS

Los primeros tiempos del cristianismo fueron muy difíciles. Los romanos, tan tolerantes con otras religiones, vieron con recelo a los cristianos que postulaban la igualdad entre los seres humanos y se negaban a rendir culto religioso al emperador. En ciertos períodos, los cristianos sufrieron persecuciones que significaron la cárcel, el destierro y hasta la muerte si no aceptaban renunciar a su fe. Las persecuciones más violentas tuvieron lugar en el siglo III, pero el Cristianismo seguía expandiéndose.






El cristianismo habría sido aceptado por las autoridades romanas si los cristianos no hubieran rehusado dar culto a los otros dioses ni reconocer a un dios en la figura del emperador, lo que convertía al cristiano en enemigo público. 

En principio, el cristianismo fue muy impopular entre los romanos, lo que aprovechó Nerón para inculparlos en el incendio de Roma en el 64 d.C. Las gentes cultas los despreciaban por su pobreza, por su ignorancia, por el desdén que mostraban por el arte y la ciencia y por cuanto daba encanto y belleza a la vida, por su falta de patriotismo y por su indiferencia ante los intereses más vitales del estado. 

Las masas, por su parte, los odiaban: su retraimiento de toda la sociedad no cristiana, unido a su compenetración cerrada entre ellos mismos, su repugnancia a todas las ceremonias relacionadas con el culto pagano, el rigor de sus costumbres, su empeño en amenazar constantemente a los que no profesaban su religión con la condenación eterna, bastaba para que se acusase a los cristianos de "odiar al género humano".  
 
El cristianismo fue perseguido con mayor o menor saña hasta la proclamación del Edicto de Milán, promulgado por Constantino en el año 313, a partir del cual hubo libertad de culto lo que permitió a los cristianos practicar su religión libremente. Con ello aumentó aún más el número de fieles.


EMPERADOR CONSTANTINO

Como todas las religiones orientales, el cristianismo implica una iniciación: una vez instruido de los preceptos de la religión, el iniciando ha de ser bautizado y confirmado. La ceremonia principal del culto era el ágape, comida fraternal en la cual se producía la consagración del pan y del vino, origen de la misa.

En el año 380 el emperador Teodosio ordenó a todos los pueblos adherir al Cristianismo, que desde entonces sería la religión oficial del Imperio. La Iglesia Católica emergió con gran fuerza y fue adquiriendo posiciones de privilegio y de enorme influencia en la sociedad.

TEODOSIO


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